sábado, 22 de marzo de 2014

No sé si tú eres la arena y yo el mar, o si tú eres el barco y yo las rocas. Pero soy demasiado necia para decir “Detente, no me enamores” y demasiado orgullosa para dejarme llevar por la corriente. Sólo sé que no veo otro salvavidas mas que tus brazos.